Este artículo fue publicado originalmente en inglés por Gospel Patrons.
En algún momento de la eternidad, cuando todos estemos ante Dios para rendir cuentas de nuestra administración, habrá una mujer cuya respuesta será impresionante. “Usé mi riqueza para ayudar al apóstol Pablo a cumplir con su ministerio”, dirá ella.
Esa mujer es Febe.
De todos los miles de versículos en la Biblia, Febe tiene dos para ella sola: “Les presento a nuestra hermana Febe, quien es diaconisa de la iglesia en Cencreas. Recibanla en el Señor, como es digno de su pueblo santo. Ayúdenla en todo lo que necesite, porque ella ha sido de ayuda para muchos, ¡y especialmente para mí!” (Romanos 16:1-2, NTV).
Tres descripciones
Febe viajaba a Roma desde una ciudad a más de 1120 kilómetros de distancia. Es probable que estuviera entregando en mano la carta de Pablo a los romanos y, por lo tanto, Pablo escribió estos versículos para presentarla, queriendo que la iglesia en Roma supiera tres cosas sobre su amiga Febe.
1. Nuestra hermana Febe
Esta es la primera descripción de Pablo. Aunque la iglesia en Roma no la conocía, Pablo la conocía y aseguraba que su fe en Jesús era genuina. Pablo les estaba diciendo a los romanos: “Febe es una de nosotros.” Podían confiar en ella porque era una verdadera hermana en la fe.
2. Diaconisa de la iglesia
Febe era más que una mensajera de la carta de Pablo, era conocida como una diaconisa en su iglesia. Pablo quería que la iglesia en Roma supiera que estaban conociendo a una mujer que servía, posiblemente una diaconisa, que se responsabilizaba de las necesidades en su iglesia.
3. Ha sido benefactora
Esta es la única vez que se usa la palabra benefactora en la Biblia. Algunas versiones traducen esta palabra griega como “protectora” o “ayudante”. No había muchas personas adineradas entre los cristianos del primer siglo, pero Pablo destaca a Febe como una de ellas. Quería que la iglesia supiera de su generosidad, que Febe era una mujer que usaba su riqueza de una manera piadosa como “benefactora de muchos y de mí mismo también”.
Benefactora de Pablo
El bienestar de Febe era algo personal para Pablo. Se preocupaba por ella y urgía a la iglesia en Roma a “recibirla” y “ayudarla.” En su carta, Pablo presentó primero a Febe, antes de mencionar a las otras veintiséis personas que nombró en Romanos 16. Para Pablo, Febe era una socia ministerial muy valiosa.
Me imagino a Febe como una mujer de negocios exitosa, capaz de viajar, digna de confianza con una carta muy importante, y extremadamente generosa con los líderes del ministerio. No se nos dice cómo hizo Febe su riqueza, pero parece que dio su tiempo, sus talentos y su tesoro para edificar el reino de Dios.
Hubo momentos en que el apóstol Pablo hacía tiendas para apoyar su ministerio. Pero otras veces, personas como Febe se le unían y decían: “Pablo, tus tiendas son buenas, pero tu predicación es mejor. Déjame encargarme de tus gastos ministeriales, mientras tú te concentras en avanzar el evangelio”.